Las Navidades del este año 2020 van a ser diferentes. La situación de pandemia que vivimos actualmente ha cambiado la manera de vivir y hacer las cosas, al menos momentáneamente. Las nuevas restricciones exigen replantearse cómo disfrutar de estas fiestas. Algunos desplazamientos pueden verse afectados, y se ha limitado el número de personas que pueden reunirse.

Al nivel de estrés que se ha soportado durante los meses pasados, problemas laborales, situaciones de enfermedad o incertidumbre, se une el no poder estar con nuestros familiares o celebrar estos días como tradicionalmente lo habían hecho.

Sin embargo, es importante no dejarse llevar por sentimientos o pensamientos negativos, que sólo va a conseguir incrementar nuestra tristeza y desasosiego. Al contrario, hay que tratar de controlarlos y gestionarlos para convertir estas Navidades en momentos lo más felices y entrañables posibles, a pesar de todo.

 

¿Cómo podemos conseguirlo?

Esto requiere un esfuerzo. En términos generales, habrá que aceptar la situación tal y como es, así como pensar que lo perfecto no siempre tiene que ser lo mejor.

¿Y si no podemos desplazarnos para estar con nuestra familia? Este tipo de restricciones se han suavizado en los últimos días, lo cual significa que la posibilidad de viajar va a estar presente. Sin embargo, aspectos como el miedo a contagiar a otras personas, restricciones en el número de asistentes a las reuniones o problemas económicos que hayan podido surgir, limitarán nuestros desplazamientos. Además, existe una sensación de responsabilidad social que podría provocar decisiones de no viajar, aunque se pudiera.

En primer lugar, debemos aceptar que estamos viviendo una pandemia y que existen unas medidas restrictivas propuestas por las diferentes Administraciones. No es aconsejable imaginar cómo serían las Navidades si la realidad fuera otra. Es esa y hay que asumirlo. Sin embargo, aceptar esta situación no quiere decir sentarse a lamentarse por ello, sino tratar de cambiar el futuro. Es decir, ¿qué podemos hacer con lo que hay? Se pueden adornar las casas, escuchar villancicos, visitar a un vecino que viva solo y felicitarle las Fiestas, aprovechar para llamar por teléfono a personas que hace tiempo que no sabemos de ellas, hacer videollamadas a familiares y amigos, etc. Es decisión de cada persona. Por ejemplo, se pueden retomar viejas costumbres de enviar regalos por correo o felicitaciones de navidad (christmas). Aunque antes eran muy comunes, hoy día es menos frecuente, por ello el recibirlo de manera inesperada en casa puede darnos una dosis de sorpresa, cercanía y emoción. Se sugiere trazar un plan y buscar alternativas que permitan disfrutar de estas fechas, aunque sea de forma diferente. Momentos de crisis momentos de oportunidades.

 

¿Y si lo que hacemos diferente este año permite obtener resultados inesperados y mágicos?

Actualmente, se suele vivir de manera vertiginosa, sin pararse a pensar. ¿Y si este año, a pesar de todo, se puede conseguir llevar la ilusión de la Navidad a nuestras casas?

Asumir que no estaremos cerca de nuestra familia no implica que no tengamos contacto con ellos. Actualmente contamos con múltiples medios de comunicación que nos ayudan a estar más cerca de los nuestros, podemos verles, escucharles y comunicarnos de manera gratuitita y cuantas veces queramos, sin restricciones. Debemos pensar que esta opción es mejor que nada, y que tan solo hace unos años ni siquiera podríamos disfrutar de ella. ¿Y si buscamos momentos divertidos para compartir con nuestros familiares y amigos? Fiestas de disfraces, compartir incluso comidas virtuales o brindar por videollamada, contar chistes y decidir quien es el más gracioso, enseñar los adornos de cada casa y votar los más atractivos, etc. De nuevo, tiremos de ingenio y creatividad para buscar alternativas.

Sería conveniente continuar con las rutinas y costumbres que se tenga en cada familia durante las Fiestas y los días señalados. Colocar el árbol, el portal de Belén, escuchar villancicos, cocinar platos típicos o cualquier otro hito significativo para nosotros nos ayudará a situarnos en la época que nos toca vivir y facilitará buenos recuerdos que hemos tenido con los nuestros y que a pesar de todo seguimos celebrando. Será una manera de continuar las costumbres y en cierto modo presentes con nosotros.

Es cuestión de ver el vaso medio lleno, con oportunidades y alternativas. La realidad no la podemos cambiar, pero sí desde donde enfocamos, dónde nos situamos, podemos decidir si queremos sonreír ante los pequeños detalles o si queremos dar un paso hacia delante. Son momentos duros, peor sabemos que pasarán.

 

¿Qué hacemos hasta que pasen?

Podemos quedarnos sentados quejándonos de la situación o tratar de poner luces y adornos a lo poco o mucho que tengamos estas Navidades. Os animamos a esto último, porque será una forma de intentar poner buena cara al mal tiempo, lo cual nos hará un poco, o mucho, más felices.

Unas Navidades diferentes

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