El pasado 13 de Julio se celebró el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH en adelante). Hasta hace poco no existía ninguna fecha en el calendario que conmemorase la importancia del trastorno, pero en la actualidad ya contamos con este día para recordar, sensibilizar y dar visibilidad a los pacientes con TDAH y sus familias.
El TDAH es un trastorno de origen neurobiológico que se inicia en la infancia y suele perdurar hasta la etapa adulta. Se trata de uno de los trastornos del neurodesarrollo más diagnosticados, alcanzando una prevalencia de entre un 5-7%. La sintomatología nuclear del trastorno se asienta sobre tres síntomas centrales: el déficit de atención, la impulsividad y la hiperactividad. En función de cómo se presente esta sintomatología se pueden distinguir tres subtipos del TDAH: la presentación combinada (en la que aparecen la triple sintomatología), la presentación predominantemente con falta de atención (con mayor prevalencia de conductas inatentas) y la presentación predominantemente hiperactiva- impulsiva (con mayores conductas hiperactividad y/o impulsivas). Además, debe manifestarse durante al menos 6 meses, aparecer antes de los 12 años y mostrarse con una intensidad y frecuencia mayor a la esperada en el desarrollo del niño.
En la actualidad, se conoce que el trastorno no parece ser producido por una única causa, sino que se cree que tiene un origen multicausal, identificando factores genéticos y ambientales que pueden dar lugar a la aparición del trastorno. Además, un alto porcentaje de niños y adultos muestran otros trastornos a su vez, es lo que se conoce como comorbilidad, siendo los más comunes trastornos de conductas, dificultades de aprendizaje como la dislexia, trastorno del espectro autista, problemas de ansiedad, de sueño, etc.
Todo ello revela que el TDAH es un trastorno altamente complejo por lo que su detección, diagnóstico e intervención también lo son. Es fundamental en este sentido acudir a profesionales cualificados y expertos en la materia que cuenten con una amplia experiencia en el campo.
La detección es el primer paso para un posterior diagnóstico y tratamiento individualizado. Los padres desde casa y los profesores desde la escuela son piezas claves para comenzar el proceso, sin embargo en muchas ocasiones se sienten confundidos a la hora de distinguir si las conductas que observan en los niños pueden ser propias de un TDAH o no. Estas dudas son lógicas, pues las conductas de un niño con TDAH y uno que no son las mismas, lo que varía es la intensidad y la frecuencia con la que suceden. Para ello es necesario informar a los expertos que son los que estudiaran el caso y concluirán si realmente esos comportamientos puedan ser propio de un niño hiperactivo o de un proceso evolutivo normalizado. A continuación exponemos algunas señales de alerta para que los padres y profesores puedan percibir y pedir ayuda en caso que lo estimen oportuno.
Señales de alerta:
- Se mueve mucho.
- Contesta antes de que se formulen las preguntas.
- Comete errores en sus tareas escolares.
- Interrumpe a los demás y/o se entromete en las conversaciones.
- Se levanta de la silla.
- Tiene dificultades para esperar su turno.
- Da la sensación de que parece que no se oye cuando se le llama directamente.
- Pierde las cosas que necesita.
- Tiene problemas para organizar las tareas y las actividades.
- Correo da saltos cuando no debe.
- Encuentra dificultades para seguir las instrucciones.
- Fracasa en la finalización de las tareas y juegos.
- Habla mucho.
- Se distrae estímulos irrelevantes.
- Tiene problemas para mantener la atención en el trabajo y en el juego.
- Abandona las actividades que requieren un esfuerzo mental sostenido.
- Está movimiento continuo, da la sensación de que “nunca se le acaben las pilas”.
- Tiene dificultades para hacer tranquilamente actividades de ocio y de trabajo.
- A la hora de hacer las tareas no presta suficiente atención a los detalles.
- Suele perderse en actividades diarias (no sabe que deberes tienen o porque página van)
En el caso que detecte que algunas de estas conductas son muy frecuentes en su hijo/ alumno y/o se presenten de una manera intensa no se alarme, observe a su hijo y si estas conductas persisten en el tiempo no dude en ponerse en contacto con nuestro equipo. Le ayudaremos en poco tiempo a solventar sus dudas e iniciar los cauces necesarios para que su hijo, su familia y el entorno escolar conozcan el trastorno, se sensibilicen con él y sepan cómo actuar.